De juampedro o de jandilla

Incluso si estás muerto no debes permitir que te entierren

30.5.08

Publicos y publicos

El miércoles pasado decidí darme vacaciones del plúmbeo abono isidril y tuve la suerte de asistir a la representación en el Teatro Real de la ópera Orfeo (de Monteverdi). Podría relexionar aquí sobre el trabajo estupendo realizado por William Christie y su conjunto Les Arts Florissants, un grupo de referencia en la recuperación de la bella música antigua, del montaje y los movimientos de escena que intentaban animar una representación que siempre corre el riesgo con este tipo de músicas de ser bastante rígida y de otras cosas que vi y sobre todo oí en el teatro.

Pero no, quería comentar un hecho y trazar un paralelismo con mi querido público de las Ventas. Durante la representación, en concreto al final de la primera parte y al comienzo de la segunda, el director, molesto con las habituales tosecillas de los aficionados del Real, se encaró con el respetable y le reprochó ostensiblemente esas toses. Este es un acto totalmente inhabitual en el empingorotado mundo de la lírica y yo no recuerdo ningún precedente.

¿Por qué lo hizo? Pues evidentemente porque Mr Christie era consciente de que las toses dificultaban su concentración y la de sus músicos, podían distraer a los cantantes y sobre todo suponen una falta de respeto a la creación artística que estaba teniendo lugar y al resto de espectadores de la misma. Y eso que ni el señor Christie ni sus músicos ni los cantantes se estaban jugando la vida. Nunca he visto a un tenor corneado por una tiorba, ni un violinista empitonado por un sacabuches.

¿Cómo reaccionó el público al final de la representación? Con un éxito clamoroso, más de diez minutos de ovación de gala y salida a hombros de todos los artistas y el reggista, conscientes de la entidad y la profundidad artística de la obra que habíamos tenido la fortuna de disfrutar.

Se imaginan lo que pasaría en las Ventas si un matador se encara con alguno de los que en mitad de la lidia le obsequia con las clásicas voces de "Fuera ese capote", "Ponte bien", "Muy mal", "Se va sin torear", "Pum, petardo". Pues eso, igualito que en el Real