De juampedro o de jandilla

Incluso si estás muerto no debes permitir que te entierren

14.5.08

Diego Urdiales se pone en valor

Si es que cuando menos se lo espera uno salta la liebre. Y la liebre de ayer se llama Diego Urdiales que firmó una actuación muy importante, de torero. En su primero, un toro bravucón que embestía encastado, profundo, galopando y empujando con los riñones ya se hizo presente. Intentó colocarse en el sitio, intentó hacerlo todo bien, corrió la mano con gusto cuando le salió y si no le salió más veces, sin duda fue por lo poco toreado que estaba. Pero a medida que transcurría la faena, se lo fue creyendo, se fue convenciendo de que era posible y fue mejorando. Lástima que lo emborronó todo con la espada.

Pero lo mejor llegó en el cuarto, un zambombo impresentable, pasado de edad, casi seis añitos que tenía la criatura, de kilos, de hechuras, de todo (¿estos no pueden rechazarse en el reconocimiento?) se puso en el sitio, y firme y despacio, con la muleta pegada al hocico en todo momento le fue sacando los pases que el toro, reservón, quedado y con cara de malas pulgas, parecía que no tenía. Faena de torero, torero, de torero puesto, de los que chanelan de verdad de que va esto. Y el público lo vió, y como Diego se entregó, la plaza también. Le arreó un estoconazo con todas sus ganas, en el sitio y se llevó una merecida oreja. Ojalá le sirva.

Fernando Cruz perdió algún punto, se le vio indeciso, incluso un poco naufrago ante dos toros complicados, no por sus dificultades, sino porque no decían nada. Cierto es que la lida que les dieron no ayudó. Vaya cuadrilla, para mandarlos a casa a todos.

Lo del Capea es otra guerra, si como dicen tiene alta probabilidad de ingresar en la cárcel por sus aventuras cinegéticas, más le vale apuntarse allí a algún curso de la UNED, porque de esto no va a comer.

Un apunte sobre la corrida de Carmen Segovia, creo que no es admisible presentar una corrida tan desigual en todo, en edades (casi dos años de diferencia entre los toros), en hechuras, en trapío, en kilos, en todo. Manseó preocupantemente en los caballos, y en general llegaron a la muleta faltos de casta y de raza, salvo el primero, que más que bravo fue bravucón, pero que luego desarrolló una embestida encastada y temperamental.