Madrid parle francais

Pues sí, el toreo en Madrid se escribe en francés. Importante, muy importante la actuación de Juan Bautista el sábado. De torero serio, cuajado, sabiendo lo que hay que hacer y haciéndolo. Y con potencial para poder seguir creciendo. Este todavía no ha tocado techo.

Ya está todo dicho y contado por los bloggers habituales y por los plumíferos asalariados por cuenta ajena, pero no me resisto a remarcar lo bien que estuvo Juan Bautista. Faena muy técnica, no tanto de inventarse al toro, pero sí de ponerlo todo de su parte para que rompiera. Inteligencia al dejar la muleta puesta en todos los pases, aunque desluciese los remates, para evitar lo que en otras manos hubiese sido casi seguro inevitable, que el manso del Puerto se rajase en tablas. Eso se llama lidiar, y hacer al toro lo que este pide, no lo que trae uno pensado desde la habitación del hotel.

Dos series de naturales rotundos, poderosos, rompiendo al toro y una con la derecha artística, de mano baja y figura compuesta marcaron el cénit de la faena. Sobraron las bernardinas, pero las modas son las modas. La estocada, al encuentro. Pocas veces se ve ya, además venía a cuento, no se fiaba el torero de cómo iba a comportarse el toro al dar la salida con el volapie.

Perera bien, sin terminar de romper, un poco esquizofrénico en sus planteamientos de faena. El toreo elegante, con temple de seda que le hizo al último no dijo nada en los tendidos y su versión más populista y encimista no dice nada al aficionado. Que pena que un torero no llegue cuando torea bien.

Abellán generoso con el toro en el primero, pero aquello no rompió nunca, debió estar mucho mejor en el cuarto que fue toro de triunfo grande, grande, pero para toreros puestos. Otra como esa, amigo Abellán y te vemos en agosto con lo de Tulio Vázquez. La plaza generosa con él .

Corrida entretenida del Puerto, de nota alta, con un comportamiento muy de la casa, mansa sin paliativos, pero encastada, a más y con poder en la muleta. De lio gordo para toreros dispuestos e inteligentes, como Juan Bautista y capaz de hundir la carrerar de quién no quiere o no puede dar la cara con ellos, como Abellán.

Lo de Adolfo del domingo sin comentarios. A mi no me decepcionó, se veía venir. Cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible. Por más que nos pese.