Uno que vuelve, uno que se va, otro que no está y el que llegó al final
Vuelve: el Puerto de San Lorenzo, ganadería que fue pilar de las ferias de San Isidro a principios de los 90 y que por lo visto ayer, esta en franca recuperación después del bache de los últimos años. Corrida seria, sobrada de pitones, muy interesante, desarrollando movilidad, incluso con su picante y hasta con algún que otro toro huido en caballos, muy en Lisardo. El único pero, los dos toros más justitos de fuerzas, 3º (nobílisimo) y 4º (devuelto, porque al matador se la soplaba).
El que se va (o lo parece): Esplá, en una actitud defensiva, al hilo del pitón, sin exponer un alamar y sin hacer por torear en ningún momento. Imposible ver sus toros, falta de disposición total, para estar así, mejor irse. Esta vez no se tapó ni con sus cucamonas ni con sus historias.
El que no está: Tejela, a mi juicio con disposición preocupante. En el 2º hizo lo más difícil que fue aguantar al toro hasta que consiguió endilgarle dos series, una por la izquierda, otra por la derecha importantes y de calidad. Y en ese momento, cuando por fin la gente entra en la faena va y se marcha a por la espada, en vez de pegarle una última tanda por la izquierda que quizás le hubiese permitido triunfar. Las razones, no sé, pero quizás le pesaba demasiado el toro, que no era nada fácil y que se iba como un tren. En el 5º tampoco se enteró de lo que tenía delante.
El que llegó al final, Perera. Con el 3º toro flojo, muy protestado pero nobilísimo, una auténtica oveja, hay que ser muy torero y muy artista para que el público le de importancia a lo que se hace, y Perera no lo es. Toro a contraestilo si ustedes me entienden. En el sexto, faena muy larga, en la que solo el arrimón final cuando el toro estaba muy parado llegó a los tendidos. Pero al fin y al cabo llegó, que es de lo que se trata. Oreja en tiempo de descuento, pero oreja al fin y al cabo.
Lo mejor de la tarde, la propia tarde, daba gusto estar en la Plaza
El que se va (o lo parece): Esplá, en una actitud defensiva, al hilo del pitón, sin exponer un alamar y sin hacer por torear en ningún momento. Imposible ver sus toros, falta de disposición total, para estar así, mejor irse. Esta vez no se tapó ni con sus cucamonas ni con sus historias.
El que no está: Tejela, a mi juicio con disposición preocupante. En el 2º hizo lo más difícil que fue aguantar al toro hasta que consiguió endilgarle dos series, una por la izquierda, otra por la derecha importantes y de calidad. Y en ese momento, cuando por fin la gente entra en la faena va y se marcha a por la espada, en vez de pegarle una última tanda por la izquierda que quizás le hubiese permitido triunfar. Las razones, no sé, pero quizás le pesaba demasiado el toro, que no era nada fácil y que se iba como un tren. En el 5º tampoco se enteró de lo que tenía delante.
El que llegó al final, Perera. Con el 3º toro flojo, muy protestado pero nobilísimo, una auténtica oveja, hay que ser muy torero y muy artista para que el público le de importancia a lo que se hace, y Perera no lo es. Toro a contraestilo si ustedes me entienden. En el sexto, faena muy larga, en la que solo el arrimón final cuando el toro estaba muy parado llegó a los tendidos. Pero al fin y al cabo llegó, que es de lo que se trata. Oreja en tiempo de descuento, pero oreja al fin y al cabo.
Lo mejor de la tarde, la propia tarde, daba gusto estar en la Plaza
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