De juampedro o de jandilla

Incluso si estás muerto no debes permitir que te entierren

14.1.07

¿Vuelve Julito?

Entre el marasmo de noticias clásicas invernales sobre triunfos devaluados en campañas americanas, rupturas de apoderamientos, naturalmente de común acuerdo y firmas de nuevos contratos de apoderamiento, naturalmente también sin firma de papeles y con el consabido apretón de manos, hay una que me ha devuelto la ilusión.

Sinceramente, me he ilusionado al ver que Julito Aparicio ha firmado también un contrato de apoderamiento. Y aunque sé positivamente que probablemente Julito no de un pase a derechas en toda la temporada, aún así me ilusiono pensando en que Julito podría por fin abandonar el circuito de los festivales en plazas polvorientas y pase de nuevo a las ferias de relumbrón.

Porque toreros como Julito hacen falta. Porque ante tanto torero convencional, de personalidad gris y difuminada, ante tanto triunfo rutinario, tanto cambio de cromos que van de mano en mano y de feria en feria entre la indiferencia de taurinos, aficionados y espectadores, hacen falta toreros como Julito. Toreros que te hagan plantearte la eterna duda. Sí, ya se que la tarde será un petardo, pero ¿y si pasa?

Porque hay veces que pasa. Porque pasó una tarde en que Julito nos hizo llorar a todos. Una tarde en la que los duendes de la cursilería, de la postura preconcebida y del arte mal concebido se marcharon atemorizados, y cedieron su sitio a los demonios, tremendos, que bajaron hasta las Ventas en un rayo de fuego. Demonios barrocos, excesivos, malditos, que convirtieron la plaza en un akelarre, en una visión delirante y febril, en la aparición de un idolo dorado y pagano que nos arrebató a todos. Y nos hizo llorar a niños y mayores. Nos hizo llorar por lo que creimos que vimos, y porque sabiamos que nunca más volveriamos a verlo. Si es que alguna vez lo vimos. Para mi que fue una locura colectiva, un arrebato, un delirio provocado por un exceso de sustancias alucinógenas que se descargaron una tarde de un San Isidro tormentoso sobre un público aburrido de monotonía.

Por todo esto y porque me gustan los malditos. me ilusiono pensando que Julito tiene nuevo apoderado. Aunque se que no pasará nada ¿o sí?.

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