A seguir esperando

Pido perdón, por haber escrito hace unos días que esperaba la corrida de Guardiola. Visto lo visto, lo mejor hubiese sido seguir esperándola.

Igual que espero que algún día la empresa, presidente, matadores yd emás responsables tengan algo de respeto por el público que paga su entrada y cuando vean un ruedo impracticable, suspendan el festejo o lo lleven a otro día, como se ha hecho toda la vida. Aunque esto suponga algo de lluvia en las taquillas.

Toro bravo, ¿torero...?

Ayer salió un toro bravo, y bonito, le correspondió al Payo. ¿Y qué pasó? Nada. El toro superó al torero, el torero se dió cuenta. Ya se sabe, el toro bravo descubre a los malos toreros, y a los toreros sin ambición y a los toreros torpes y .... y eso fue lo que pasó. Fundamentalmente con este Payo, que estuvo hecho un payo, pero también con Tejela, que debería mirárselo cuanto antes.

Y una alegría personal, esos toros de Torrestrella, sin tirar cohetes ni lanzar las campanas al vuelo, poquito a pco, parece que vueleven por la senda de las alegrías al aficionado. Yo me alegro, por todas las tardes buenas que les hemos visto, por esa apuesta por un concepto ganadero dfícil, pero que creo es la dirección correcta para que esto vaya por el buen camino. Aunque es difícil, muy difícil, por eso ni siquiera un ganadero como la copa de un pino como fue D Alvaro fue capaz de conseguirlo completamente. Y los que vinieron después tampoco, aunque ahora parece que asoma un rayo de luz. El que tuvo retuvo.

La de ayer me la fumé

Lo siento, pero lo de Bohórquez no va conmigo.
Después de tantos años de aburrimiento sostenido en sus corridas, por culpa de su flojera y falta de casta, parecía que nos habiamos librado de esta bueyada. Mas hete aquí que rechazada sobre la marcha la corrida de Manolo González (dicen las malas lenguas que en venganza soterrada de los veterinarios de Madrid, aunque conocido el percal de la ganadería, vaya usted a saber), los toreros imponen la bueyada de Bohórquez, frente a una corrida de Guardiola propiedad del señor oscuro del triunvirato.
Y ante esto, pues yo me doy mus y aprovecho la tarde para otros menesteres. Y leído lo acontecido, creo que no me equivoqué. En fin, seguiremos esperando a la de Guardiola...

Castella se revaloriza y revaloriza la Fiesta

Resulta que el que a priori menos contaba en el cartel, después de su más que discreto paso por Sevilla, va y a fuerza de hombría y vergüenza torera, se revaloriza y revaloriza la fiesta. Un tío es lo que estuvo hecho, toreando y matando sus dos toros con una cornada más que considerable en salva sea la parte. Un torero a la antigua, con gesto y gesta a la antigua, que a está afición con tez y sentimientos de pedernal le costó reconocer, pero que llegó, en forma de oreja (lo de menos) y de reencuentro con la torería de toda la vida. Olé por Castella. Y a su lado, que quieren que les diga, el toreo tangencial de Manzanares y la voluntad envuelta en papel de lija de Talavante no me supieron a nada.

Qué bonito es esto cuando se hace bien

Incluso en las tardes horribles, como la de ayer, que bonito es esto cuando se hace bien. Y esto va por las varas al tercero de Ney Zambrano. Con guapeza la primera y superior la segunda. Lástima que el toro no se entregara. Bien también Gallo, sorteando con majeza los pitones al cuello de ese tercero. Lo demás para olvidar muy olvidado, pero con ese rayito de esperanza nos fuimos felices (al menos yo).
Y pregunto ¿para ver esta mansada fuera de tipo de Ventorrillo (procedencial juampedro, o eso dicen) no estaría mejor traer una de Tulio o similar?. Aunque visto lo visto, me sorprendería que veamos a estos el año que viene repitiendo en mayo. Si no son borregos, ¿para qué los queremos?

Esto está muy mal

Que quieren que les diga, mi impresión es que esto no lo salva ni el G-10, ni el Ministerio de Cultura, ni Guerrita redivivo.

A mi me da que los toros están hoy más menos, como el sistema bancario español. Las causas, las mismas: el pensar que todo el monte es orégano y que aquí vale todo. Las soluciones: probablemente las mismas, una reforma de raíz que corte con todos los excesos de estos años y que devuelva el espectáculo a sus orígenes. Y si no lo hacen, ya saben, ...intervención.

Y lo que estamos viendo en Las Ventas estos días no es más que el canto del cisne de este espectáculo del pelotazo tal y como lo hemos visto estos últimos diez años. Urge una limpieza de escalafones, un apretarse los machos de todos, una selección del toro en base a otros parámetros (aunque esto, por desgracia lleva su tiempo, no se si lo conseguiran antes de que esto se vaya al garete), unos toreros que dejen su actitud funcionarial y de 15 M (ejemplo palmario: Tejela ayer).

¿Y si no lo hacen? Si no lo hacen, nos veremos en los partidos de volley playa.

Pum, petardo!!

Fue lo único que faltó esta tarde, para cerrar la infumable tarde de Victorino en Madrid (y van...). Un auténtico petardo, por presentación y comportamiento de los toros. Un sálvese quien pueda para cerrar la Feria de Otoño, y en mi caso una de las temporadas más lamentables que recuerdo en las Ventas. Realmente si lo que se han propuesto es el cierre de las Ventas y la recalificación de los terrenos, van por buen camino. Lástima que el mercado inmobiliario ya no sea lo que era.

Lo que vemos y lo que queremos ver

De ilusión también se vive. Y en los toros más todavía. Y por desgracia, una cosa es lo que se ve en las plazas y otra lo que se quiere ver, o lo que pensamos que vemos.

Ayer en Madrid sin ir más lejos. Vimos a un torero enfibrado sí, pero sin entregarse, sin romper a pesar de tenerlo todo a favor. Un torero que empalmó muletazos, pero que queríamos ver que eran ligados. Un torero que pasó al toró. Y nos hicimos la ilusión de que lo llevaba y mandaba y lo templaba, aunque no era así. Un torero que desplazaba los pases y que se echaba al toro hacia afuera. Aunque pensábamos, ilusos nosotros, que lo que hacía era prolongar los pases más atras de la cadera, hacia adentro, metiendo la pierna y cargando la suerte.

Un torero que hizo una faena resultona, sin embargo todos decidimos que fuese una gran faena y un gran triunfo y le dimos las dos orejas. Y se las hubiésemos dado también en el sexto si no lo pincha, sin darnos cuenta que en ese toro, que era el que más tenía que torear de toda la corrida, Castella, después de dos series, estas sí, caras de verdad, se equivocó y redujo las distancias, y el toro le protestó (dice uno que tiene cátedra escrita, pero que nunca se entera de nada, que el toro "cambió antes de mediar la faena a peor", pues mire no, en este caso el toro no cambió porque sí sino porque le hicieron lo que no debían). Castella se dió cuenta del error, y volvió a cambiar el planteamiento de la faena, pero ya era tarde. Había roto el ritmo y el tono del toro que ya no volvió a ser igual. Ilusión es pensar y dejar por escrito que después de esas faenas Castella está "en su máximo esplendor".

Ilusión también es pensar que Julito está todavía para venir a Madrid con un atisbo de dignidad y de posibilidades de hacer algo. Ilusión es pensar que Morante no iba ayer a Madrid a llevárselo y a hacer caja de cara al invierno. Ilusión es pensar que lo de Cuvillo de ayer era una corrida de toros con sus cuatro años y cinco hierbas para una plaza de primera y no una novillada mal presentada, desigual y sin cuajo ni trapio.