Castella se revaloriza y revaloriza la Fiesta

Resulta que el que a priori menos contaba en el cartel, después de su más que discreto paso por Sevilla, va y a fuerza de hombría y vergüenza torera, se revaloriza y revaloriza la fiesta. Un tío es lo que estuvo hecho, toreando y matando sus dos toros con una cornada más que considerable en salva sea la parte. Un torero a la antigua, con gesto y gesta a la antigua, que a está afición con tez y sentimientos de pedernal le costó reconocer, pero que llegó, en forma de oreja (lo de menos) y de reencuentro con la torería de toda la vida. Olé por Castella. Y a su lado, que quieren que les diga, el toreo tangencial de Manzanares y la voluntad envuelta en papel de lija de Talavante no me supieron a nada.