De juampedro o de jandilla

Incluso si estás muerto no debes permitir que te entierren

4.10.09

Pum, petardo!!

Fue lo único que faltó esta tarde, para cerrar la infumable tarde de Victorino en Madrid (y van...). Un auténtico petardo, por presentación y comportamiento de los toros. Un sálvese quien pueda para cerrar la Feria de Otoño, y en mi caso una de las temporadas más lamentables que recuerdo en las Ventas. Realmente si lo que se han propuesto es el cierre de las Ventas y la recalificación de los terrenos, van por buen camino. Lástima que el mercado inmobiliario ya no sea lo que era.

Lo que vemos y lo que queremos ver

De ilusión también se vive. Y en los toros más todavía. Y por desgracia, una cosa es lo que se ve en las plazas y otra lo que se quiere ver, o lo que pensamos que vemos.

Ayer en Madrid sin ir más lejos. Vimos a un torero enfibrado sí, pero sin entregarse, sin romper a pesar de tenerlo todo a favor. Un torero que empalmó muletazos, pero que queríamos ver que eran ligados. Un torero que pasó al toró. Y nos hicimos la ilusión de que lo llevaba y mandaba y lo templaba, aunque no era así. Un torero que desplazaba los pases y que se echaba al toro hacia afuera. Aunque pensábamos, ilusos nosotros, que lo que hacía era prolongar los pases más atras de la cadera, hacia adentro, metiendo la pierna y cargando la suerte.

Un torero que hizo una faena resultona, sin embargo todos decidimos que fuese una gran faena y un gran triunfo y le dimos las dos orejas. Y se las hubiésemos dado también en el sexto si no lo pincha, sin darnos cuenta que en ese toro, que era el que más tenía que torear de toda la corrida, Castella, después de dos series, estas sí, caras de verdad, se equivocó y redujo las distancias, y el toro le protestó (dice uno que tiene cátedra escrita, pero que nunca se entera de nada, que el toro "cambió antes de mediar la faena a peor", pues mire no, en este caso el toro no cambió porque sí sino porque le hicieron lo que no debían). Castella se dió cuenta del error, y volvió a cambiar el planteamiento de la faena, pero ya era tarde. Había roto el ritmo y el tono del toro que ya no volvió a ser igual. Ilusión es pensar y dejar por escrito que después de esas faenas Castella está "en su máximo esplendor".

Ilusión también es pensar que Julito está todavía para venir a Madrid con un atisbo de dignidad y de posibilidades de hacer algo. Ilusión es pensar que Morante no iba ayer a Madrid a llevárselo y a hacer caja de cara al invierno. Ilusión es pensar que lo de Cuvillo de ayer era una corrida de toros con sus cuatro años y cinco hierbas para una plaza de primera y no una novillada mal presentada, desigual y sin cuajo ni trapio.